Abu Tareq no es ingeniero pero, con información obtenida en internet y
sus recuerdos del servicio militar, fabrica máscaras antigás desde que
se intensificaran las sospechas de que el ejército sirio utilizó armas
químicas y que el presidente estadounidense, Barack Obama, prometiera el
viernes una "investigación definitiva" y advirtiera a Damasco contra
estas prácticas.
El viernes, el presidente estadounidense, Barack Obama, prometió una
"investigación definitiva" sobre la posible utilización de armas
químicas en Siria y advirtió de nuevo a Damasco sobre su utilización, lo
que cambiaría "las reglas del juego" del conflicto.
Según Washington, Damasco "probablemente" utilizó armas químicas en
"pequeña cantidad", pero sus informaciones no son suficientes para tener
la certeza de que Siria cruzó la "línea roja" trazada por Obama.
Sobre el terreno y provisto de una botella, carbón en polvo y un
algodón empapado de Coca Cola, Abu Tareq, un rebelde de 72 años miembro
de una brigada de la provincia de Latakia -región de procedencia del
presidente Bashar Al Asad y feudo de la minoría religiosa alauita de la
que salió- comienza la demostración.
Con la botella recortada a unos 10 centímetros del tapón, primero hay
que hacer un agujero para dejar pasar el aire por la tapa y después
echar algunas cucharadas de carbón en polvo y un trozo de algodón mojado
en Coca Cola para cubrir el otro extremo. Después, sólo hay que pasar
el elástico alrededor de la cabeza y respirar.
Tareq reconoce que su máscara artesanal no protege durante mucho
tiempo contra los gases letales y corrosivos que pueden afectar a la
piel, pero apunta a que es mejor que una servilleta mojada y que puede
salvar vidas al permitir abandonar un lugar lleno de humo en los
primeros minutos después de un ataque químico.
Sin apoyo militar internacional, las brigadas Ezz ben Abdel Salem,
con las que Abu Tareq combate, prefirieron anticiparse ante la
multiplicación de pruebas que, según los rebeldes, anuncian un ataque
químico.
Los insurgentes tuvieron noticias de la evacuación de cinco pueblos
de mayoría alauita próximos al frente, a varias decenas de kilómetros al
norte de la ciudad de Latakia y de que el ejército distribuyó a sus
hombres máscaras de gas industriales.
Esta información no pudo ser confirmada por una fuente independiente,
ya que las autoridades restringieron el acceso de los medios
internacionales a las zonas bajo su control.
Esta evacuación "es la prueba de que algo importante se está
preparando", aseguró Abu Basir, líder de las brigadas Ezz ben Abdel
Salem.
Los helicópteros del régimen continúan haciendo uso de sus armas y
lanzando barriles cargados de explosivos, mientras que entre los
rebeldes cunde el temor a que el ejército utilice un día esta misma
técnica para lanzar una bomba química.
Si la utilización de armas químicas queda demostrada "y sus aliados
apoyan una intervención del tipo que sea, la administración Obama tendrá
que responder a esta enorme provocación del régimen sirio", estimó Mona
Yacubian, del Stimson Center, un centro de investigación sobre Oriente
Medio con sede en Washington. Si estas acusaciones se verifican, "se
habrá traspasado la línea roja", añadió. AFP