La ola de calor que sacude el Reino Unido desde hace una semana
podría haberse cobrado hasta el momento 760 muertos, según estimaciones
del diario 'The Times' y de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de
Londres. El 'trópico' se ha instalado efectivamente en la capital
británica, que ayer registró la temperatura récord del año (32 grados con humedad), por delante de Madrid, Atenas, Roma y otras capitales del sur de Europa.
Estamos en el mes de julio más seco hasta fecha en Inglaterra y Gales desde 1776, y todo hace pensar que las altas presiones seguirán hasta finales de mes. Las autoridades han decretado un nivel de alerta tres, a un paso de la situación de "emergencia nacional".
Si no cambian las previsiones, se teme que podrían superarse pronto las 2.000 muertes en el Reino Unido achacadas a la elevadas temperaturas durante la ola de calor del 2003 (que se cobró 15.000 víctimas en Francia).
El Ayuntamiento de Londres ha recomendado a los vecinos y turistas que no se expongan directamente al sol entre las once de la mañana y las tres de la tarde. Las hordas de trabajadores descamisados en St. James Park o en las orillas de la Serpentina de Hyde Park son ya una escena habitual en este verano en el que las sombrillas han desplazado definitivamente a los paraguas.
"Todos estábamos encantados cuando llegó el calor, pero esto ya es demasiado", reconoce Heidi Williams, 27 años, empleada de una panadería y buscando afanosamente una sombra en St. James Park en la pausa del almuerzo. "En España estáis habituados, pero una semana entera con este sol y con esta humedad se pueden hacer insoportables. ¡Que vuelvan las nubes por favor!".
Williams reconoce que tenía planeado ir en agosto a la Costa del Sol, "pero si esto sigue así, lo más seguro es que al final baje con mis amigas a Cornualles, donde debe estarse ahora de maravilla con este sol". Las altas temperaturas han disparado el turismo local, y en Londres hacen las cuentas para celebrar la temporada récord. Eso sí, con sudores extremos ante la falta de aire acondicionado en el metro.
La ola de calor se ha extendido entre tanto hasta Gales, donde el pasado fin de semana murieron dos soldados durante unas maniobras por el calor extremo. En los últimos días se han disparado también los casos de muertes "accidentales" en los ríos y lagos británicos: un adolescente de 16 años y un hombre de 41 años murieron el martes en dos incidentes separados en los lagos de Bawsey Pits, en Norfolk.
La mayoría de las muertes por la ola de calor son, sin embargo, personas de avanzada edad o con condiciones médicas preexistentes. "Las altas temperaturas afectan sobre todo a las personas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias", advierte la doctora Angie Bone. "Hay que vigilar la hidratación y evitar el ejercicio físico extremo y la sobreexposición al sol, algo poco usual en Gran Bretaña".
Estamos en el mes de julio más seco hasta fecha en Inglaterra y Gales desde 1776, y todo hace pensar que las altas presiones seguirán hasta finales de mes. Las autoridades han decretado un nivel de alerta tres, a un paso de la situación de "emergencia nacional".
Si no cambian las previsiones, se teme que podrían superarse pronto las 2.000 muertes en el Reino Unido achacadas a la elevadas temperaturas durante la ola de calor del 2003 (que se cobró 15.000 víctimas en Francia).
El Ayuntamiento de Londres ha recomendado a los vecinos y turistas que no se expongan directamente al sol entre las once de la mañana y las tres de la tarde. Las hordas de trabajadores descamisados en St. James Park o en las orillas de la Serpentina de Hyde Park son ya una escena habitual en este verano en el que las sombrillas han desplazado definitivamente a los paraguas.
Reacción en el Parlamento
La situación ha llegado a tal punto que la diputada laborista Linda Riordan ha impulsado la aprobación urgente de una proposición no de ley parlamentaria para eximir de sus funciones a los trabajadores "altamente expuestos al calor" (desde los operarios industriales a los profesores)."Todos estábamos encantados cuando llegó el calor, pero esto ya es demasiado", reconoce Heidi Williams, 27 años, empleada de una panadería y buscando afanosamente una sombra en St. James Park en la pausa del almuerzo. "En España estáis habituados, pero una semana entera con este sol y con esta humedad se pueden hacer insoportables. ¡Que vuelvan las nubes por favor!".
Williams reconoce que tenía planeado ir en agosto a la Costa del Sol, "pero si esto sigue así, lo más seguro es que al final baje con mis amigas a Cornualles, donde debe estarse ahora de maravilla con este sol". Las altas temperaturas han disparado el turismo local, y en Londres hacen las cuentas para celebrar la temporada récord. Eso sí, con sudores extremos ante la falta de aire acondicionado en el metro.
Riesgo de incendios
El verde brillante de los parques londinenses está dejando paso al color pardo de la meseta. En Hamsptead Heath, al noroeste de la ciudad, asediado el pasado fin de semanas por miles de londinenses escapando del calor, se ha disparado la alerta anti-incendios.La ola de calor se ha extendido entre tanto hasta Gales, donde el pasado fin de semana murieron dos soldados durante unas maniobras por el calor extremo. En los últimos días se han disparado también los casos de muertes "accidentales" en los ríos y lagos británicos: un adolescente de 16 años y un hombre de 41 años murieron el martes en dos incidentes separados en los lagos de Bawsey Pits, en Norfolk.
La mayoría de las muertes por la ola de calor son, sin embargo, personas de avanzada edad o con condiciones médicas preexistentes. "Las altas temperaturas afectan sobre todo a las personas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias", advierte la doctora Angie Bone. "Hay que vigilar la hidratación y evitar el ejercicio físico extremo y la sobreexposición al sol, algo poco usual en Gran Bretaña".