miércoles, 3 de abril de 2013

Año 2013 nuestra estrella se enfade y escupa hacia la Tierra 10.000 millones de toneladas de plasma que sembraria el caos.!!

Año 2013 nuestra estrella se enfade y escupa hacia la Tierra 10.000 millones de toneladas de plasma que sembraria el caos.!!

Año 2013 nuestra estrella se enfade y escupa hacia la Tierra 10.000 millones de toneladas de plasma que viajarían por el espacio a la vertiginosa velocidad de más de 2.000 kilómetros por segundo. Tanto es así, que en tres días y medio la nube de gas ionizado, también conocida como gran eyección de masa coronal (CME), llegaría a la Tierra y provocaría una tormenta geomagnética que alteraría los campos eléctricos y sembraría el caos.

Royal Astronomical Society, notó que se formaban encima de las manchas negras dos pequeñas lágrimas blancas. Tan extraño y emocionante era el evento que avisó a alguien para compartir la alegría y, de paso, tener algún testigo. Tardó menos de un minuto, y cuando miró de nuevo por el telescopio, la mancha había vuelto a cambiar de forma. Después, desapareció.
Al día siguiente, antes de amanecer, las auroras boreales que solo suelen suceder en las zonas cercanas a los polos se multiplicaron por todos los puntos del planeta.
Además, las líneas de telégrafo, el principal medio de comunicación de aquella época, se estropearon y algunos operarios sufrieron descargas eléctricas mientras trabajaban. La electricidad inducida por el evento era tan alta en el ambiente que, aunque desconectaran las líneas de telégrafos, estas seguían emitiendo mensajes.
Algo parecido sucedió en 1989 en la ciudad canadiense de Quebec. En marzo, los científicos habían detectado un grupo de manchas solares que habían crecido desproporcionadamente. Poco después empezaron a rugir; durante dos semanas se sucedieron los destellos y se detectaron 36 CME. Como consecuencia, se produjo una repentina subida de corriente que fundió un generador, y la red de suministro se colapsó. Seis millones de personas se quedaron sin electricidad durante horas, y tardaron varios días en volver a la normalidad. Los daños fueron de miles de millones de dólares. Además, “las brújulas se desviaron varios grados, muchos satélites perdieron altura (hasta 800 metros) y un satélite militar no pudo compensar el efecto y empezó a dar volteretas”, explica el astrónomo Philip Plait, autor del libro La muerte llega desde el cielo. Así terminará el mundo.

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