
La moneda de nuestro país, el guaraní, cumple este sábado 70 años. Fue implementada tras un
decreto presidencial de Higinio Morínigo, presidente paraguayo en 1943. Es la segunda más antigua de Sudamérica.
El guaraní nace el 5 de octubre de 1943, con el decreto número 655 firmado por el entonces
presidente de Paraguay, Higinio Morínigo, quien fue mandatario entre 1940 y 1948. Surgió como sucesor del peso paraguayo.
Nuestra moneda es la segunda más antigua de Sudamérica. La moneda más vieja es el peso colombiano, vigente desde 1810.
Al
igual que el guaraní, el peso colombiano afronta una fase de
reconversión. Actualmente, un proyecto fue remitido al Ejecutivo. El
mismo plantea la eliminación de ceros en nuestra moneda y prevé la
creación de un “nuevo guaraní”.
El
Banco Central
del Paraguay (BCP) emitirá una serie de monedas conmemorativas en oro y
plata para recordar los 70 años de la creación del guaraní como signo
monetario del Paraguay.
El ente monetario tiene previsto emitir al menos 1.000 unidades de monedas, similares a
las que
emitió en el bicentenario de la República. Las monedas, que ya están en
las arcas del BCP, estarán para venta al público una vez que el
directorio apruebe su circulación y costos, lo que podría darse en los
próximos días, explicaron desde la banca matriz.
También la
empresa Microsoft, luego de años, puso a disposición el símbolo del
guaraní (₲) en Microsoft Word. Esto se hace con las teclas 20b2 y
presionando Alt y la tecla X. Está disponible con el nuevo service
pack de Windows 7.
Recordamos
un artículo remitido a nuestro diario sobre la reconversión del
guaraní. El mismo fue una colaboración de Óscar Estigarribia, un
paraguayo residente en Estados Unidos, que recordó el proceso de otras
monedas en Sudamérica.
El recurso de eliminar ceros de un moneda
ha sido aplicado desde hace varias décadas por un gran numero de países,
unas veces exitosamente y otras con rotundos fracasos. Desde 1969,
varios países se han visto forzados a utilizar esta solución en 71
ocasiones.
Este recurso fue utilizado por primera vez en Alemania,
luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando el país experimentó
una terrible inflación posguerra con una economía destrozada. Los países
que llevan la delantera en la utilización de este recurso están en
nuestra zona del Mercosur, y son Argentina (4 veces, eliminando un total
de ocho ceros) y Brasil (seis veces, eliminando 18 ceros y rebautizando
la moneda ocho veces – Cruzeiro, Novo Cruzeiro, Cruzado, Novo Cruzado,
Real, etc.).
Es importante mencionar que este recurso es
normalmente utilizado como parte de un completo plan de medidas
monetarias y económicas diseñado para controlar un proceso
inflacionario, reactivar la economía y restablecer la confianza en la
moneda, problemas inexistentes en el Paraguay.
Algunos países han
utilizado el recurso sin acompañarlo de las necesarias medidas
económicas y monetarias necesarias, especulando solo de beneficiarse con
el factor psicológico de la eliminación de ceros, y los resultados han
sido rotundos fracasos.
Eliminar ceros de una moneda en sí no es
malo. Pero depende mucho de las circunstancias y el momento económico y
político de un país para que los efectos sean positivos, o no sean
negativos. Hoy, en el Paraguay, el objetivo sería más formal que de
fondo, ya que no existen razones económicas para recurrir a esta
herramienta. Los efectos a la vista serían facilitar las operaciones
financieras y contables, disminuir los costos operativos del manejo de
efectivo al reducir el volumen físico manejado, menor volumen para el
transporte de caudales, cajeros automáticos, efectivo en poder del
público, etc., que no son razones de peso para promover la aplicación de
este recurso.
Por otro lado, es muy importante considerar el
factor psicológico, es decir cómo toma la población una situación como
esta y cómo la interpreta, algo bastante riesgoso. Si el Gobierno goza
de credibilidad y el plan es ampliamente difundido, comentado y se educa
a la población, es muy probable que el efecto sea positivo, reforzando
la confianza en la moneda; pero debemos recordar que la población
paraguaya no conoce este tipo de medidas, ya que la introducción del
guaraní data de 1944, y este sigue vigente, sin cambios y extremadamente
estable comparado con otras monedas regionales, ¡desde hace casi 70
años! Dólar’í, como se lo conocía en las décadas del 60 y 70. Todo un
gran logro para nuestro país.
El problema que yo veo es que si la
población no confía en el Gobierno, podría interpretarlo como un paso
previo para una devaluación importante, con lo cual se perdería la
confianza local en el guaraní, con la obvia búsqueda de los ahorristas
de mudar sus carteras a monedas fuertes, lo que de hecho depreciaría
nuestra moneda, con un efecto tal vez positivo para la economía, ya que
eso favorecería las exportaciones, pero por supuesto esto es discutible
en una economía que depende tan fuertemente de las importaciones, algo
que debemos cambiar si pretendemos crecimiento económico y estabilidad a
largo plazo.
Para muchos sectores de la población, el gobierno de Federico Franco
(N.d.R:
El artículo fue escrito en febrero de 2013,antes de la elección y
asunción de Cartes y dentro del contexto de aprobación del proyecto de
ley de modificación de la moneda en el Ejecutivo) no tiene
legitimidad y obviamente no cuenta con la popularidad necesaria para
implementar este tipo de medidas. Yo preferiría que esto sea archivado
por el momento, que el próximo gobierno lo estudie amplia y
detenidamente y si los análisis concluyen que los beneficios son mayores
que los riesgos y el Gobierno cuenta con la necesaria popularidad, y lo
hace correctamente, que lo implemente si las condiciones económicas son
oportunas.