miércoles, 12 de junio de 2013

En Paraguay 47.000 niños son empleados domésticos



Unicef pide terminar con el trabajo infantil doméstico en Paraguay que afecta a casi 47.000 niñas, niños y adolescentes, según informó este miércoles la especialista en protección de derechos del niño de la ONG, Andrea Cid. ​La ONG denunció que el trabajo doméstico que realizan especialmente niñas y adolescentes en hogares de terceros, conocidas popularmente en Paraguay como "criaditas", es "una práctica culturalmente arraigada y una realidad oculta en nuestro país".
Unicef considera que es necesario eliminar el empleo de "criaditas" en Paraguay, situación que afecta a niñas, niños y adolescentes, quienes "son sometidos a largas y pesadas jornadas laborales, lejos de sus familias, y en algunos casos se ven privados de acceder a la educación".
"En su mayoría son niñas de entre 8 y 16 años, separadas de su entorno familiar que suele estar en zonas rurales, que se levantan muy temprano, lavan, cocinan y cuidan de otros menores, por lo que después no pueden rendir bien en la escuela porque están agotadas", explicó Cid.
La activista denunció que el trabajo doméstico infantil está directamente relacionado con los índices de pobreza en el país, lo que "justifica que algunas familias manden a sus hijos con otras para que los cuiden y les den acceso a una buena educación".
En Paraguay, existen 46.993 niñas, niños y adolescentes trabajando como "criaditas" o "criaditos", el 2,5 % del total del país, según la "Encuesta nacional de actividades de niños, niñas y adolescentes 2011", publicada este año por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). "La vulnerabilidad de derechos es tal que incluso se da el abuso sexual. Las niñas no tienen a quien contarle nada", añadió Cid.
Unicef reclama al Gobierno paraguayo más políticas públicas de apoyo a las familias para que tengan acceso a servicios como la educación y la salud y no tengan que enviar a sus hijos a casas de terceros.
El trabajo infantil en el hogar es una practica culturalmente aceptada en Paraguay porque "se viene haciendo de generación en generación, es mano de obra barata y es una solidaridad muy mal entendida", espetó la encargada de protección de derechos del niño de la ONG.
"Hicimos muchas entrevistas con "criaditas" para editar un libro de historias de vida y ninguna de las niñas dijo querer lo mismo para sus hijos, inclusive las que tuvieron una experiencia con buen trato y sin violencia", explicó Cid.
Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, Unicef reclamó en un comunicado que el Gobierno haga esfuerzos para erradicar "esta situación originada por la pobreza y las inequidades sociales".
La ONG recordó que el presidente electo, Horacio Cartes, se comprometió a aumentar la cobertura de los programas de prevención y atención para la erradicación del trabajo infantil como parte de los "20 compromisos para mejorar la cantidad y la eficiencia de la inversión en la niñez y la adolescencia", impulsados por Unicef y el Frente por la Niñez y la Adolescencia.

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